Por alma entendemos el acto de un cuerpo que tiene vida. En tanto a su organización compleja de fuerza de vida propia, los animales tienen alma, incluso memoria, imaginación y apetitos. El alma de los animales no es como la de los seres humanos, porque no tiene una tendencia a la vida espiritual ni al reconocimiento personal de Dios.
Las creencias sobre si los animales poseen alma varían ampliamente en diferentes culturas y períodos de la historia.
Civilizaciones Antiguas:
En muchas culturas antiguas, se sostenía la idea de que todos los seres vivos, incluyendo animales, plantas y humanos, tenían algún tipo de alma o espíritu.
Por ejemplo, en la antigua religión egipcia, se creía que los animales tenían almas y que estas almas eran necesarias para guiar a los difuntos en su viaje al más allá. Los egipcios adoraban a animales sagrados como el gato, el escarabajo y el ibis, considerándolos parte del mundo espiritual.
Sin embargo, algunas religiones abrahámicas, como el cristianismo, tradicionalmente sostenían que solo los seres humanos poseen almas, excluyendo a los animales de este aspecto espiritual. Aun así, dentro de estas religiones, hay ramas que han abrazado la idea de que los animales también tienen algún tipo de alma.
Perspectiva Científica:
La ciencia moderna ha explorado la cognición y las emociones de los animales. Estudios de comportamiento han demostrado que muchas especies muestran signos de inteligencia y relaciones sociales complejas.
Los delfines, por ejemplo, son conocidos por su inteligencia y los elefantes muestran empatía y rituales de duelo. La conexión profunda entre humanos y mascotas también plantea preguntas sobre la naturaleza de esta relación
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